Los materiales almacenadores de hidrógeno por fisisorción deben tener una alta área superficial, esto se logra muy bien en materiales porosos. Los poros frecuentemente son hechos sobre diseño en tamaños nanométricos, donde se pueden acomodar moléculas de hidrógeno (una molécula de hidrógeno, H-H, mide aproximadamente 0.12 nanómetros).
Probablemente los materiales adsorbedores de hidrógeno más prometedores son las estructuras metal-orgánico (MOF, por sus siglas en ingles). Esto se debe a que son como «legos», se pueden ensamblar al gusto y habilidad de quien lo sintetiza. Contienen metales y segmentos orgánicos que se ensamblan para formar estructuras tridimensionales. A la fecha se han publicado del orden del medio millón de MOFs.
En principio, los MOFs podrían ser clave en la solución del almacenamiento de hidrógeno, por medio de la selección correcta del metal y del fragmento orgánico, pero a la fecha no se ha demostrado. La principal desventaja es que este tipo de materiales almacena una buena cantidad de hidrógeno a baja temperatura (77K , -196°C) y altas presiones (100 atm). Pero la capacidad de almacenamiento de hidrógeno disminuye drásticamente a temperatura ambiente (en promedio alrededor del 1 % peso).